Israel y la salvación de Dios

En la Biblia hay una sola historia de salvación, que es para todas las naciones por medio de Israel.

Protestante Digital · 05 DE NOVIEMBRE DE 2023 · 08:00

Ben Ostrower, Unsplash,estrella de David, menorah candelabro judío
Ben Ostrower, Unsplash

La pasada semana vimos que el Dios de Israel es el único Dios. Ningún dios de ningún otro pueblo se llamaba "Yahvé", ni podría llamarse así. Yahvé es el único y verdadero Dios y, como insisten los profetas, no hay otro a su lado.

Pero es importante añadir que, según la Biblia, hay también una una sola historia de salvación; y que esa salvación es para todas las naciones, aunque sea por medio de Israel.

Después del éxodo Israel, que había sido un conglomerado de tribus, se constituía en nación. Iba proyectando hacia atrás el significado de lo que Dios había hecho en su historia.

Todo el enfoque que se da -tanto de los patriarcas como de la creación- está formulado a la luz del éxodo.

Israel tenía un sentido muy claro de ser pueblo escogido por Dios, pero había dos "notas al calce" para añadir a ese concepto:

(1) la elección de Israel no era por sus propios méritos sino por la gracia y el amor no merecido de Dios (Deut. 7.6s)

y (2) la intención y finalidad de esa elección es que este pueblo, creado por Yahveh, sirva a los demás pueblos de la tierra para que ellos también gocen de la bendición de Dios. Esto se enfatiza ya en Gen 12.1-3.

De en medio de los pueblos arruinados por la maldad (Gen 11.1-9: Babel señala a Babilonia, donde está Ur, la ciudad de Abraham), Dios por gracia y milagro crea una nación que jamás hubiera existido aparte de esta intervención divina.

Dios promete bendecir a Abraham y Sara; y hacerlos bendición para todas las familias de la tierra.

Creo que podemos sacar una conclusión del AT en cuanto a este pacto con Israel: como dijimos al principio según la Biblia, hay una sola historia de la salvación, pero esa salvación es para todas las naciones, por medio de Israel.

Una nación es escogida para ser pueblo de Dios, para que todas las naciones puedan legar a ser parte del pueblo de Dios.

El NT agregará que hay un solo Salvador (Jn 14.6; Hch 4:12; 1Tm 2.5s), pero también esa salvación seguirá siendo para todas las naciones.

La promesa a Abraham se cumple en Cristo, y el Apocalipsis insiste reiteradas veces que todas las naciones, pueblos, tribus y lenguas paticiparán al final en la bendición de Abraham (cf. Gal 3.13s).

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