Aporte evangélico a la lucha contra el maltrato animal
‘Cualquiera que acostumbra a menospreciar la vida de un ser viviente, está en peligro de menospreciar también la vida humana’
29 DE ABRIL DE 2025 · 10:00

“Dios hizo los animales domésticos, los animales salvajes y todos los animales que se arrastran por el suelo, según su especie. Y Dios consideró que esto era bueno”. Génesis 1:25. NVI
Una vez más, se celebra el 29 de abril el “Día del Animal” en la Argentina, gracias a la visión de personalidades que consideraban que era necesaria una sociedad que no los maltratara. Y en esa lucha encontramos a cristianos evangélicos.
Así, parte del aporte que nuestra comunidad ha dado a la Argentina tiene que ver con el cuidado y la protección de los animales contra los malos tratos a los que muchos de ellos eran sometidos en el siglo XIX.
En aquella época era común propiciar la riña de gallos y de perros, el tiro a la paloma, entre muchas otras formas de violencia hacia los animales y no fueron pocas las voces que se alzaron en la búsqueda de su protección. Datos históricos dan cuenta de que parte de la historia del proteccionismo animal en la Argentina estuvo íntimamente relacionada con el aporte evangélico.
Fue el 21 de agosto del año 1879 cuando se nombraron a las primeras autoridades de la Sociedad Argentina Protectora de Animales (SAPA), entidad que surgió bajo el estímulo del pastor de origen escocés Juan Francisco Thomsom y cuyas reuniones preparatorias tuvieron como sede la Iglesia Evangélica Metodista Argentina, ubicada en la céntrica Avenida Corrientes de Buenos Aires.
La intensa actividad desarrollada por la entidad contó con el apoyo y la colaboración de importantes figuras públicas de la época[1], principalmente de Sarmiento[2] y del jurisconsulto Albarracín[3], quienes lucharon para lograr la sanción de una ley para la protección de los animales.
La Ley Nacional de Prohibición de Malos Tratos a Animales (Ley N° 2786[4]), se sancionó el 25 de julio de 1891 y fue el antecedente de la actual Ley Penal N°14346, sancionada en 1954 y pionera en su tipo en América Latina.
Otro de los logros de la Sociedad fue establecer el 29 de abril de cada año como el Día del Animal en la Argentina, obra del doctor Albarracín, que se alcanzó en colaboración con el Consejo Nacional de Educación.
No es un detalle menor que a su primera celebración concurriera el presidente de la República, el doctor Figueroa Alcorta, así como destacadas personalidades y mucho público estudiantil, con el objetivo de que la juventud comenzara a tomar conciencia de la importancia de evitar la violencia hacia los animales.
“La Fiesta del Animal”, como se llamó, se celebró en Buenos Aires en 1908, luego de dos años de lucha y, según archivos históricos, asistieron cerca de 15 mil personas.
Surge del libro “Los perritos bandidos”, investigación que narra la historia del proteccionismo de animales en la Argentina, que la instauración de ese día fue una creación original y que el país fue el primero en el mundo en registrar esa conmemoración. Señala también que las fuentes que dieron luz a la idea fueron la celebración del Día del Pájaro, instaurado a fines del siglo XIX en algunas ciudades de los Estados Unidos y el Domingo del Animal (Animal Sunday), que comenzó a celebrarse en los templos protestantes ingleses a partir de 1905.
“El loco”, inmerecido apodo que le dieron al doctor Albarracín aquellos que lo defenestraban por su inclaudicable defensa de los derechos de los animales, de los “más indefensos” como los llamaba, falleció el 29 de abril de 1926 y la casualidad quiso que muriera en la fecha que él mismo había elegido para propiciar respeto a los animales que tanto defendía.
Actualmente en la Argentina se continúa con este legado, que es en parte evangélico, de buscar la erradicación de la violencia hacia los animales, recordando siempre la Palabra que dice en relación a la conducta humana: “El justo atiende a las necesidades de su bestia,
pero el malvado es cruel.” (Proverbios 12:10 NVI).
Sin lugar a dudas es el Creador quien más se preocupa de su creación, pues no en vano expresa también la Biblia: “ ¿No se venden dos gorriones por una monedita? Sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin que lo permita el Padre.” (Mateo 10:29 NVI), versículo que pone de manifiesto que la creación está bajo el control y la soberanía de Dios.
Esto nos dirige a dejar atrás la pregunta que muchas veces surge en estos contextos: “¿por qué en vez de ayudar a los animales no se ayuda a los niños?”. Siguiendo la enseñanza de las escrituras vemos que quien se ocupa primero de los animales es el propio Creador, así que quienes también lo hacen están cumpliendo una tarea de cuidado de la creación de Dios.
Para finalizar podemos recordar las palabras de Albert Schweitzer, teólogo protestante, médico, Premio Nobel de la Paz 1952: “Cualquiera que esté acostumbrado a menospreciar la vida de cualquier ser viviente, está en peligro de menospreciar también la vida humana”.
[1] Entre ellos Bartolomé Mitre, el poeta Carlos Guido Spano y Vicente Fidel López.
[2]Domingo Faustino Sarmiento fue político, escritor, docente, periodista, militar y estadista argentino. Ocupó los cargos de gobernador de la provincia de San Juan (1862-1864), de presidente de la Nación Argentina (1868-1874), de senador nacional por su provincia (1874-1879) y ministro del Interior (1879).
[4] Art. 1 “Declárase actos punibles los malos tratamientos ejercitados con los animales, y las personas que los ejerciten sufrirán una multa de dos a cinco pesos, o en su defecto arresto, computándose dos pesos por cada día”.
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