Poema de la sombra

Si tu sombra hablar pudiera (piensa un momento) de ti, ¿qué dijera?...

    25 DE SEPTIEMBRE DE 2021 · 08:00

    Tom Barrett, Unsplash,personas sombras
    Tom Barrett, Unsplash

    Si tu sombra hablara

    Si tu sombra hablar pudiera 
    (piensa un momento)
    de ti, ¿qué dijera? 

    Porque en el reino de las sombras 
    millones y millones nacen,
    todas hijas de la Luna 
    que en la noche con dolor pare.


    Y es su errar discreto, 
    de tan corta duración, 
    que viven solo un día 
    al amparo del Padre Sol. 
    Y tan intensamente quieren 
    todo lo humano probar, 
    que la vida de sus dueños 
    intentan asimilar. 

    Hay sombras con gran suerte…
    Pegadas a un señor 
    más que amable, buena gente.
    Pero otras deben sufrir 
    la agonía de unas horas 
    atadas, quizás, a un truhan 
    sin modales ni moral.
    Se dice de este infeliz 
    (al menos en castellano):
    “Un malasombra, el tío”.
    O “la tía”, según el caso.

    No es la sombra la culpable
    de la acritud del fulano. 
    Y entre las sombras comentan:
    “Me ha tocado un mal amo”.

    Si tu sombra puede hablar, 
    (párate hoy a pensar)
    ¿de ti qué crees que diría?
    (y ahora quiero exagerar):
    “¡Qué persona más atenta,
    más servicial y contenta!” 
    O será, por el contrario: 
    “¡Qué egoísta redomado! 
    ¡Envidioso y descarado!”. 

    De todas las sombras fugaces
    que han pisado la Tierra
    la más dichosa fue aquella
    que aterrizó en Galilea. 

    Esa hija de la luna
    quedose tan encantada
    de ser la pequeña sombra
    del Mesías Salvador,
    que pidió se le conceda
    una licencia, un favor:

    “Ruego hoy a su Excelencia, 
    si fuese posible, oh Dios, 
    seguir pegada a este niño
    y resucitar, cada mañana, 
    para que, uncida a sus pies, 
    sea como su hermana”. 

    Fue la primera sombra
    con existencia longeva.
    En lugar de pocas horas
    duró tres años más treinta. 

    Y si acaso le preguntas 
    (a la sombra de Jesús)
    ¿Qué clase de vida aquella?
    ¿Cómo llevó la cruz?
    ¿Cómo abrazó a los pobres? 
    ¿Cómo resucitó? 
    ¿Cómo anduvo sobre mares?
    ¿O alimentó multitud?
    ¿Cómo ascendió a los cielos?
    ¿Cómo, su reino, tomó?

    La sombra te contestara:
    “Es el más grande Don.
    Es el más noble Maestro.
    Es el más manso Señor...
    A los hombres de mala sombra
    como Pedro, el pescador,
    Es capaz de cambiar su historia
    y hacer su carácter mejor,
    pues al pasar el galileo
    también su sombra sanó”.

    Si tu sombra 
    hablar pudiera.
    Piensa…
    De ti
    ¿qué dijera? 
    ———————

    Inspirado en Hechos 5:14-16: “Y más y más creyentes en el Señor, multitud de hombres y de mujeres, se añadían constantemente al número de ellos, a tal punto que aun sacaban los enfermos a las calles y los tendían en lechos y camillas, para que, al pasar Pedro, siquiera su sombra cayera sobre alguno de ellos. También la gente de las ciudades en los alrededores de Jerusalén acudía trayendo enfermos y atormentados por espíritus inmundos, y todos eran sanados”.

    Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Soliloquios - Poema de la sombra

    0 comentarios