Hacia una iglesia integral

La iglesia evangélica en América Latina consolida su presencia activa y es cada vez más visible en la escena pública.

13 DE NOVIEMBRE DE 2022 · 08:00

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Engin Akyurt, Pexels

Describir el compromiso real de la iglesia y canalizar su capacidad de respuesta hacia una real influencia de transformación y cambios, sólo es posible de una iglesia con una visión integral del Señor Jesucristo, el Mesías, el Salvador, el Libertador, el Sanador, el Sustentador, el Gobernador de la iglesia y el Rey presente y futuro.

La iglesia integral debe visualizar al hombre tal como lo vio Jesús, desde una perspectiva socio-espiritual que entiende que el ser humano posee necesidades integrales, que la iglesia debe suplir en su condición de comunidad sanadora, protagonista de cambios para modificar la realidad que vive la comunidad social del mundo actual.

La iglesia integral debe ser capaz de hacer las transiciones que clama el hombre y la sociedad, sin perder su esencia, ir a la vanguardia, sin liquidar los soldados que van en la retaguardia.

La iglesia en Latinoamérica está llamada a ser multifuncional, contextual, activa e integral. Necesita visualizarse como tal, rompiendo los esquemas y paradigma que la estorban.

La iglesia evangélica latinoamericana consolida su presencia activa siendo cada vez más visible en el escenario público; este crecimiento ha modificado de manera radical el mapa religioso del continente.

En la República Dominicana la Comunidad Evangélica ha dado clara señal, no sólo de crecimiento numérico, sino de fortaleza institucional y madurez. En medio de una sociedad que ha abandonado la mayoría de las normas morales y principios cristianos, el mensaje contextualizado y la respuesta de la iglesia evangélica se hace cada vez más relevante.

La crisis de valores, las demandas de nuestros pueblos, el grito por un nuevo liderazgo político y social transformado, hombres y mujeres íntegros, de conductas responsables y transparentes, para enfrentar la eliminación de la corrupción, la discriminación, el abuso del poder político y económico, la violencia, la drogadicción, el narcotráfico, entre otros, abre un espacio para levantar la voz profética de la iglesia.

La iglesia en Latinoamérica tiene que seguir danto respuesta a los desafíos, seguir contribuyendo a la transición social y ésta virtualmente desafiada, retada frente a las demandas, tanto internas como externas.

Debemos diseñar estrategias de evangelización acordes a todos los conflictos sociales, sanear la comunidad sin perder su esencia.

Desafiada a usar adecuadamente los medios de comunicación, para cambiar comunidades, pueblos y nación, evitar las distracciones, las disputas necias, estériles y enfocarse en la correcta perspectiva del reino de Dios; desarrollar adecuadamente ministerio de restauración, consejería efectiva.

La iglesia necesita seguir tramitando sin detenerse el camino de unidad y la armonía del cuerpo, a fin de ir perfeccionando la coexistencia pacífica y armónica, profundizar el espíritu de unidad, impulsando el balance entre familia, iglesia, ministerio y el quehacer profesional, desarrollar un liderazgo contextual que pueda interesarse en la dinámica actual con la visión de que es preciso, imperioso e impostergable, disponer los intereses personales para dar paso al bien común.

Enfocarnos en la proclamación eficaz que aborde el enfoque apostólico, profético, evangélico, pastoral, de enseñanza, e histórico (el tiempo se ha cumplido), escatológico, énfasis en la liberación, sanidad interior y física, una vida nueva, una vida útil y con propósito, una vida de fe, una vida de alabanza y adoración.

Estos pilares de la doctrina de Cristo, coloca a la iglesia en una posición para enfrentar los desafíos del presente sistema de cosas. Aquí estamos y que Dios nos ayude.

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Para vivir la fe - Hacia una iglesia integral