Abriendo los cielos

SÍGUEME! 21 días de ayuno con Jesús. Día 6: POR LOS CIELOS ABIERTOS

12 DE ENERO DE 2019 · 08:00

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Entonces Cornelio dijo: hace cuatro días que a esta hora yo estaba en ayunas; y a la hora novena, mientras oraba en mi casa, vi que se puso delante de mí un varón con vestido resplandeciente (Hechos 10:30).

 

Devocional

Hasta ese momento, la fe en el único Dios verdadero se encontraba casi en exclusiva de los judíos. Las naciones gentiles no se caracterizaban por el monoteísmo, y salvo pocas excepciones, todos creían dioses inventados por ellos mismos.

Desde el principio fue idea divina darse a conocer al mundo entero, pero, de todos los seres humanos posibles, ¿por qué comenzar con ese hombre llamado Cornelio?

Cornelio se decidió buscar a Dios en ayuno y oración intensamente; entonces el reino de los cielos se abrió definitivamente a todos sin distingo.

Dicho hombre, centurión y simpatizante de la fe judía, clamó a Dios buscando conocerle y recibiendo en respuesta Dios se manifestó a su vida mediante un ángel que le dio instrucciones de hacer traer al apóstol Pedro.

Éste a su vez, le explicó más atentamente el camino de la salvación en Cristo Jesús. Cornelio oraba en su casa cuando se le presentó el ángel, para quienes acostumbran orar, aún su hogar es un cielo. Sabemos quién ha tenido un encuentro con lo celestial en que está dispuesto a dejar lo terrenal.

El ayuno y la oración de uno le abrieron los cielos y a partir de entonces el evangelio es predicado a todas las naciones.

¿Quieres cielos abiertos? En momento de buscar a Dios con clamor y verdadero deseo de la manifestación de Dios en tu vida.

¿Por qué habrías de tener un día más como con cielos cerrados? ¿Mala suerte? No, cielos cerrados. Ábrelos con ayuno y oración. Si Dios escuchó a un hombre que aún no le conocía y tomó en consideración su esfuerzo de abstenerse de alimentos, así como sus obras para bendecirlo, ¡cuánto más te bendecirá a ti!

Vivir con los cielos abiertos es experimentar la gracia sobrenatural de Dios en todo tiempo; el abrazo de su poder a tu favor; la bendición en toda obra de tus manos.

 

El propósito del ayuno en este día:

Rogar por cielos abiertos, una vida de victoria en todo tiempo.

 

Oramos:

Dios nuestro, tu compasión es enorme y tu deseo de darte a conocer motiva la manifestación de tu amor; te necesitamos y por eso clamamos a ti. Te rogamos que abras los cielos y nos permitas la experiencia de tu reino en todo nuestro vivir. Permítenos esta gracia en el Nombre de tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor y Salvador.

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Palabra viva - Abriendo los cielos