El poema de Dios

Hombres y mujeres llegamos a este mundo con una carga genética semejante en potencial y a la vez, desarrollamos vidas distintas, únicas.

    19 DE ABRIL DE 2024 · 08:00

    ,tizas de colores

    Normalmente tenemos los mismos colores, la diferencia de la obra radica en que los combinamos diferente.

    Hombres y mujeres llegamos a este mundo con una carga genética semejante en potencial y a la vez, desarrollamos vidas tan distintas, únicas.

    Día a día tomamos el color diferente en cada decisión: un poco de azul para esa reunión de amigos, mezclamos rojo y violeta en ese romance y más de amarillo para enfrentar el disgusto laboral.

    Verde para las ganas de vivir aunque para otros sean las ganas de morir. Si, también usamos el negro de las malas noticias, el morado y el púrpura de la autoridad y volvemos al blanco de la consagración de tanto en tanto.

    Jugamos con los colores y jugamos con la vida. Realizamos obras de arte, aunque a veces parezcan trabajos de preescolar.

    Tenemos días de explosivo naranja y días de melancólico gris. Unos más, otros menos. Hay quienes se asoman a algunos colores solo con pequeños matices, pinceladas delicadas, trazos breves. Huyen de ciertos colores considerándolos malos, habiendo quienes le sacan belleza a toda la gama.

    Vidas distintas según determinamos pensar y sentir.

    Descubrí que la obra de mi vida puede ser mucho mejor. Existe un Artista único, genial, calificado para hacer maravillas conmigo y mis colores y carga genética. Dios.

    No en vano se refiere a mí en sus manos como una vasija de barro en formación y como un poema de su inspiración. Si has leído la Biblia sabes a qué me refiero.

    No quiero garabatear más. Prefiero su mano sobre la mía y pensar que desea el dibujo de mi ser hacerlo sonreír eternamente pegado en su nevera celeste.

    Porque somos hechura (gr. poíema, poema) suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas (Ef. 2:10).

    Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Palabra viva - El poema de Dios

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