Si la iglesia (la mayoría evangélicas) crece al ritmo que lo ha hecho desde 1980, aproximadamente un 7-8% al año, habrá 300 millones para 2030. Esta perspectiva ha desconcertado a los líderes comunistas que temen "tendrán que compartir el poder" a medida que los creyentes aumentan en tamaño e influencia, según Ron Boyd-MacMillan de Open Doors.

Boyd-MacMillan, director de Investigación Estratégica de la organización benéfica cristiana Open Doors, dijo al Express UK que el Partido Comunista Chino (PCCh), encabezado por el presidente Xi Jinping, está cada vez más preocupado por el crecimiento de la población cristiana y, como resultado, está tomando medidas enérgicas contra ellos.

Cristianos perseguidos en China

Open Doors ubica a China en el puesto 17 en su Lista de Vigilancia Mundial de 50 países donde los cristianos son más perseguidos. La organización señala que, si bien la iglesia está disfrutando de un "fuerte crecimiento", la vida de los cristianos no es nada sencilla.

La política de fusionar la iglesia con la identidad china comunista se está implementando en todo el país, ya que el PCCh confía fuertemente en la identidad cultural china para mantenerse en el poder al limitar lo que percibe como una amenaza a su control sobre la sociedad.

Con este fin las iglesias están siendo monitoreadas y cerradas en todo el país, ya sean clandestinas o parte del Movimiento Patriótico de las Tres Autonomías, la iglesia protestante oficialmente aprobada en China. El gobierno también ha prohibido la venta de Biblias en línea.

China también utiliza vigilancia de alta tecnología para oprimir y monitorear a los creyentes. En medio de la pandemia de COVID-19, los ciudadanos se han visto obligados a entregar sus datos personales al PCCh, lo que permite a los funcionarios del gobierno aumentar su campaña de vigilancia.

Sin embargo, la represión de la religión no es exclusiva en contra de los cristianos, ya que los musulmanes uigures, una comunidad que reside principalmente en la Región Autónoma Uigur de Xinjiang en China, han sido sometidos a internamiento masivo, trabajos forzados y esterilización forzada a manos del PCCh.

En un esfuerzo por fortalecer la adhesión al PCCh y reprimir la disidencia, el gobierno de China impuso una ley de seguridad nacional en Hong Kong en el pasado mes de junio. Desde entonces, varios activistas a favor de la democracia han sido arrestados y algunos condenados a prisión, acusados ​​de violar la ley de seguridad nacional y subvertir el poder estatal.

Este mes, el pastor y autor Francis Chan reveló que, después de plantar tres iglesias en esta región semiautónoma, las autoridades de Hong Kong le negaron el visado,  lo que lo obligó a regresar a Estados Unidos. “Me he dado cuenta de que en Hong Kong, obviamente rodeado de chinos, hay mucho miedo, incluso entre los que se hacen llamar cristianos. Tienen mucho miedo de morir”, dijo.

EEUU: de Trump a Biden

En respuesta, la ex administración Trump acusó al gobierno chino de violaciones de derechos humanos y emitió sanciones a los miembros del PCCh.

“Después de un examen cuidadoso de los hechos disponibles, he determinado que desde al menos marzo de 2017, la República Popular de China (RPC), bajo la dirección y el control del Partido Comunista Chino (PCCh), ha cometido crímenes de lesa humanidad contra los predominantemente Uigures musulmanes y otros miembros de grupos minoritarios étnicos y religiosos en Xinjiang ", dijo el entonces secretario de Estado Mike Pompeo en un comunicado emitido el 19 de enero, que desde entonces la administración Biden ha eliminado.

El viernes, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, no respondió si la administración Biden mantendría la declaración de la administración Trump de que China está cometiendo un genocidio contra su población uigur.

Psaki dijo a los reporteros en una conferencia de prensa que Biden ha "hablado antes del terrible trato" de los uigures, pero que "comprobará" cuál será la política de la administración de Biden, informó RCP.