Nicaragua atraviesa una profunda crisis política, social y de libertades desde abril de 2018, que se ha acentuado tras las controvertidas elecciones generales del 7 de noviembre de 2021, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto a su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión o en el exilio.

En una línea de eliminar, no sólo toda disidencia, sino toda entidad que aglutine a la sociedad nicaragüense, el Gobierno de Nicaragua además de enfrentarse a la Iglesia católica, ha cerrado multitud de entidades. El Estado se queda con sus bienes.

El pasado 26 de febrero cerró otra universidad más (Unacad) y 13 asociaciones (varias evangélicas). Con estos cierres suman más de 3.550 las organizaciones de este tipo disueltas tras las protestas populares que estallaron en abril de 2018. Muchas de ellas evangélicas.

Un caso notorio ha sido el perpetrado por el régimen de Daniel Ortega con el Ministerio Puerta de la Montaña, acusándolo de supuesto lavado de dinero, algo que los opositores políticos consideran que es un simple caso de persecución religiosa.

En esta misma línea opina Jon Britton Hancock, misionero norteamericano en búsqueda y captura por la dictadura de Ortega, y directivo de este Ministerio de Puerta de la Montaña, que nos explica en una entrevista el increíble avivamiento ocurrido en Nicaragua, así como la labor que allí realizaba y la situación y razones de la persecución y acoso a los evangélicos en el país. “Ahora mismo hay cien pastores en prisión”.

Juan Sebastián Chamorro, ex preso político y desterrado, escribió “Ahora la dictadura dirige su persecución religiosa en contra de evangélicos. Se vienen días difíciles para pastores y misioneros evangélicos.  No más represión”.

“Nuestra solidaridad, la persecución religiosa ha estado concentrada contra la iglesia católica, pero también es cierto que los hermanos evangélicos han sufrido acoso y persecución religiosa como estamos viendo”, añadió Chamorro.

De igual forma, la abogada e investigadora Martha Patricia Molina señaló que “no creo que sea lavado de activo. Esta iglesia está desde el 2013 en Nicaragua operando ¿Por qué esperar 10 años para comenzar una investigación de lavado de activos?”, cuestionó.

Lo insólito es que los medios oficialistas daban amplia cobertura a las actividades promovidas desde “Puerta de la Montaña”, promoviendo diferentes campañas evangelizadoras llamadas “Buenas Nuevas”. 

¿Por qué atacan ‘Puerta de la Montaña’?

En los actos y conciertos que realizaba Puerta de la Montaña desde hace varios años, el régimen no tenía el control de lo que allí ocurría. Su miedo saltó las alarmas cuando el pasado 10 y 11 de noviembre se realizó un gran evento en Plaza La Fe. Fue una noche de avivamiento, adoración y encuentro íntimo con Dios, que fue llamado la Gran Campaña Evangelística Buenas Nuevas Nicaragua 2023.

Fue apoyado por 1.300 iglesias de casi todas las denominaciones y tuvo una asistencia de 200.000 personas, cuando ni Omar Duarte había logrado llenar Plaza La Fe.

A este pánico de la dictadura, hay que añadir que el Ministerio Puerta de la Montaña lleva el mensaje del Evangelio y ayuda social a comunidades rurales, por lo que también tenía influencia en congregaciones religiosas que se reunían para noches de adoración y avivamiento en diferentes municipios. 

Acusación sin fundamento a ‘Puerta de la Montaña’

El Ministerio Puerta de la Montaña llegó a Nicaragua en el año 2013. El 20 de diciembre del 2019, visitó la sede central de la Policía en Plaza El Sol, donde oraron por los oficiales.

Sin embargo, hace pocos meses, iniciaron una investigación por el supuesto delito de lavado de dinero cometido por doce nicaragüenses y tres misioneros estadounidenses, uno de ellos Jacob Britton Hancock.  “Puerta de la Montaña” se financia con las donaciones de Bruce Wagner, propietario de una compañía de aviación y dueño del ministerio evangelístico “Sacudiendo las Naciones” en Estados Unidos. Algo que se realiza de forma totalmente legal

“Hemos pasado más de 30 años viendo amanecer la esperanza en los corazones de los perdidos. Se han salvado almas y señales, prodigios y milagros han seguido a la predicación de la Palabra.​ Más de 85 iglesias plantadas. Más de 800 adictos en ​programas de rehabilitación. Más de 1.000 niños​ rescatados. Más de 3.000 familias fueron alimentadas después de los desastres”, indica la misión fundadora.