México | Bautistas ayudan a reconstruir iglesias tras el huracán Otis

Dos meses después del devastador paso del huracán Otis por los alrededores de Acapulco, los bautistas de México, en colaboración con sus homólogos de Texas, continúan el proceso de reconstrucción de iglesias dañadas, brindan apoyo financiero a pastores afectados y proveen alimentos a familias en situación de necesidad.

El huracán Otis tocó tierra cerca de Acapulco en la madrugada del 25 de octubre como un huracán de categoría 5, con vientos sostenidos de 165 mph, cobrando la vida de al menos 50 personas y dejando daños materiales que superan los 10 mil millones de dólares, incluyendo impactos significativos en iglesias del estado de Guerrero.

Los bautistas de México, en regiones no afectadas, respondieron rápidamente para atender las necesidades de las comunidades más afectadas. Las convenciones bautistas regionales, en colaboración con la Convención Nacional Bautista de México, movilizaron voluntarios y brindaron ayuda.

Desde diversas partes de México, los bautistas suministraron alimentos a aquellos en situación de necesidad y se embarcaron en la tarea de reconstruir las instalaciones dañadas de las iglesias. En este esfuerzo, la Convención General Bautista de Texas (BGCT) desempeñó un papel crucial al proporcionar ayuda financiera.

David Hernandez Nuño, asesor legal de la Convención Nacional Bautista de México, expresó su agradecimiento a la BGCT en una carta fechada el 20 de diciembre, detallando la invaluable contribución para el suministro de provisiones, herramientas y materiales necesarios para la reconstrucción, así como la asistencia financiera a pastores afectados.

En los próximos tres meses, la Convención Nacional Bautista de México continuará brindando ayuda financiera a 19 pastores de comunidades afectadas por Otis, además de proveer alimentos a comedores comunitarios, en colaboración con las convenciones regionales bautistas de México.

Los bautistas de México reconocieron la generosidad de sus hermanos y hermanas de Texas como un testimonio vivo del amor y la solidaridad que caracterizan a sus comunidades de fe. Expresaron su sincero agradecimiento y llamaron a que la gracia de Dios guíe los esfuerzos continuos, fortaleciendo la colaboración en la labor encomendada.