La trigésima primera edición de la "Marcha para Jesús", un evento organizado por diferentes grupos evangélicos en Brasil, reunió ayer jueves nuevamente una enorme multitud en Sao Paulo, la mayor ciudad brasileña.

El evento nació en la década de 1980 en otros países, y se celebra en Sao Paulo desde 1993. Fue incluido en el calendario oficial de Brasil en 2009 por el entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva y es considerado como el mayor de su tipo en América Latina.

En esta ocasión asistieron cerca de dos millones de personas, según los organizadores, que la convierten en el principal encuentro evangélico del mundo.

El número de evangélicos en Brasil ha crecido casi un 60 % en la última década, hasta alcanzar casi los 42 millones de fieles en el último censo (2010), frente a los 123 millones de católicos.

La "Marcha para Jesús" está organizada por la Iglesia Renacer en Cristo, un grupo evangélico liderado por el "apóstol" brasileño Estevam Hernandes, pero también cuenta con la participación de otras iglesias populares como Asamblea de Dios.

Caminata y música

Como en las anteriores ediciones y tras una larga caminata, los fieles se concentraron en la Plaza de los Héroes de la Fuerza Expedicionaria Brasileña (FEB), en la zona norte de Sao Paulo,  donde se levantaba un gigantesco escenario construido para la ocasión, donde actuaron varios conocidos artistas cristianos.

Encabezados por la brasileña Bruna Karla y por las bandas gospel estadounidenses Brandin Reed y Lakewood Music, más de veinte de artistas alabaron y adoraron a Jesús junto con la multitud presente.  

Ausencias significativas

En el evento suele participar el presidente de turno, pero esta vez el mandatario Luiz Inácio Lula da Silva desistió por estar pasando el festivo de Corpus Christi en la región Nordeste del país y fue representado por Joge Messias, el abogado general del Gobierno.

El expresidente Jair Bolsonaro, que tiene en las iglesias evangélicas a una importante base de su apoyo político, tampoco participó.

La activa participación de los pastores evangélicas en la política los ha convertido en una importante fuerza en el Congreso, siendo en los últimos años uno de las principales bases de Bolsonaro.