Dos familias cristianas del estado de Chhattisgarh en la India, denunciaron discriminación al no poder enterrar a sus familiares fallecidos en sus pueblos de origen a causa de su fe.

En ambas situaciones, los lugareños bloquearon el acceso a las tumbas e insistieron en la celebración de ritos hindúes como condición para entrar, lo que obligó a las familias a viajar a otros lugares para realizar la despedida.

Los incidentes

En el primer caso, un hombre de la zona de Kodekurse, en el distrito de Kanker, falleció el 5 de noviembre tras una larga enfermedad. Su familia intentó enterrarlo en sus tierras ancestrales dentro de la aldea, pero otros residentes se lo impidieron, pues se oponían a la fe cristiana de la familia, según informó la organización británica Christian Solidarity Worldwide.

Según The Christian Post, los agentes policiales se negaron a confrontar a los aldeanos y esto impidió que la familia procediera al entierro. De hecho, la comunidad cristiana depositó el cuerpo frente a la comisaría local a modo de protesta.

Esta familia temía la violencia en la carretera por parte de grupos nacionalistas hindúes locales y solicitó escolta policial para trasladar el cuerpo a Charama, un pueblo vecino.

Un día después, la procesión fúnebre fue seguida por una multitud agresiva durante casi un kilómetro antes de dispersarse. El convoy fue desviado casi 200 kilómetros hasta la capital del estado, Raipur, donde el cuerpo fue finalmente enterrado en un cementerio cristiano.

Por otra parte, un segundo incidente fue denucniado días después. Los residentes de la aldea de Jewartala, a unos 90 kilómetros de Raipur, detuvieron el entierro de otro cristiano converso.

Raman Sahu, un residente de Jewartala que había abrazado el cristianismo en los últimos años, murió en un hospital privado en esta población y fue llevado de regreso a su pueblo natal para su entierro, informó The New Indian Express.

La familia de Sahu fue bloqueada en la entrada del pueblo por lugareños que exigieron que el funeral se celebrara según las costumbres tradicionales hindúes. La policía fue enviada a la aldea para mantener el orden ante la escalada de tensión y la administración del distrito intentó mediar, pero no logró convencer a los aldeanos de que permitieran el entierro.

El cuerpo de Sahu fue conservado en una morgue mientras continuaban las negociaciones. Finalmente, la familia se vio obligada a realizar el entierro en el cementerio de Sankra, lejos de Jewartala, el domingo siguiente. El jefe de policía del distrito de Balod, Yogesh Patel, declaró a los medios que los aldeanos les habían negado un lugar de entierro debido a su conversión religiosa.

En ambos casos, las familias habían intentado usar tierras que legalmente les pertenecían o que estaban destinadas para el entierro, pero las comunidades les negaron el acceso a menos que aceptaran renunciar a su fe.

Crítica por no defender derechos constitucionales

El presidente del Foro Cristiano de Chhattisgarh, Arun Pannalal, denunció que estas acciones atentan contra la dignidad de las personas. Añadió que las zonas en cuestión ya habían sido designadas para uso funerario según la ley.

Los cristianos en la India a menudo se enfrentan a una hostilidad basada en acusaciones de conversión religiosa, especialmente en regiones tribales y rurales, donde grupos nacionalistas hindúes los acusan de difundir religiones extranjeras. Esta sospecha alimenta el boicot social, la intimidación física y la negación de derechos fundamentales.

La India ocupa el undécimo lugar entre los peores países del mundo en cuanto a persecución cristiana, según la Lista Mundial de Vigilancia de Puertas Abiertas. Este grupo de vigilancia señala que al menos una docena de estados han aprobado leyes contra la conversión que amenazan la libertad religiosa de los cristianos.