Más de cien cristianos congoleños fueron asesinados este pasado lunes en un sangriento ataque perpetrado por yihadistas al este del Congo, según informa la agencia Amaq, controlada por los yihadistas del Estado Islámico (Daesh, Isis).

El ataque fue perpetrado por las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), una milicia yihadista vinculada al Estado Islámico en África Central (ISCA).

El jefe de la agrupación de Babika, Eugène Viringa, advirtió que el número de muertos podría ser aún mayor. Un vecino que colaboró en la recogida de cadáveres aseguró que los cuerpos superaban el centenar, aunque las autoridades congoleñas aún no han ofrecido un balance oficial.

Una masacre premeditada

Ocurrió durante un funeral en la localidad de Ntoyo, en la zona este de la República Democrática del Congo (RDC). Asesinaron a casi todos los participantes en el funeral, convertido en un campo de exterminio por los terroristas.

"Los combatientes del Estado Islámico atacaron ayer por la tarde, lunes, la aldea de Ntoyo. El ataque tuvo como objetivo una gran multitud de cristianos dentro del pueblo, matando al menos a 100 de ellos e hiriendo a otros" dice su comunicado.

Los terroristas quemaron unas 30 casas y otras propiedades de los cristianos antes de marcharse. “Los recientes ataques en Oisha y Lubero se produjeron después de que las fuerzas congoleñas y ugandesas reclamaran restablecer la seguridad en esas zonas", afirman los yihadistas para poner en cuestión la labor de los militares.

Silencio internacional

Todo esto ocurre mientras la opinión pública y los medios de comunicación se vuelcan en lo que ocurre en Gaza, comprensible desde el punto de vista informativo, pero contrasta con el silencio en el mundo occidental ante el verdadero genocidio que se produce con los cristianos del Congo, que siguen pagando con su sangre el precio de su fe.

La RDC es un país de mayoría cristiana. Los funerales y templos cristianos se han convertido en blancos habituales de estos ataques, con el objetivo de intimidar y desplazar a las comunidades cristianas. En regiones como Kivu Norte e Ituri, el yihadismo avanza mientras la comunidad internacional mira hacia otro lado.

Es especialmente en estas zonas rurales las comunidades viven en permanente inseguridad frente a los ataques yihadistas. La masacre de Ntoyo no es un hecho aislado, sino parte de una estrategia de terror que busca destruir la presencia cristiana en África central.

Las ADF surgieron en Uganda en la década de 1990, pero desde 2019 operan bajo la bandera de Estado Islámico, tras el juramento de lealtad de su líder. Desde entonces, han intensificado las masacres contra aldeas indefensas en el este de RDC, donde han asesinado a miles de civiles.