Ucranianos hablan de su relación con Dios a un año de la invasión rusa

A un año de la invasión de Rusia en Ucrania, los locutores de la cadena FEBC (Compañía de Radiodifusión del Lejano Oriente) entrevistaron en las calles de Kiev a ciudadanos ucranianos comunes para conocer cómo la guerra ha afectado sus vidas y su perspectiva sobre Dios. Las respuestas honestas de los cristianos y no cristianos destacan las profundas necesidades espirituales del país durante estos tiempos difíciles.

La invasión rusa ha cambiado irreversiblemente a su gente, pero ¿cómo están procesando los ciudadanos la guerra? ¿Y qué piensan ahora sobre Dios a la luz de todo lo que ha sucedido?

Algunos ciudadanos entrevistados han comenzado a orar más, pidiendo que todo salga bien y que las personas estén sanas y salvas. Otros, sin embargo, han comenzado a cuestionar su fe y confianza en Dios debido a la difícil situación en la que se encuentran.

“¿Has notado que te has acercado más a Dios desde la guerra?”, pregunta uno de los periodistas a una mujer mayor. “Sí, todos los días”, responde. “Oro para que todo esté bien, para que todos estén sanos y vivos, los jóvenes en el frente y las personas cercanas a mí. Porque, bueno, ¿qué más puedo hacer?”

“Si pudieras hacerle una pregunta a Dios, ¿qué le preguntarías?”, repregunta el periodista. “¿Por qué no nos está ayudando más? Para que las cosas vayan mejor. Para que todos sigan vivos...” La voz de la mujer se quiebra. “Lo siento, no puedo más”, agrega la mujer y se retira.

La guerra ha llevado a algunos a fortalecer su relación con Dios y a creer en él más que nunca, mientras que otros se preguntan por qué Dios no está haciendo más para ayudarles. A pesar de las diferentes respuestas, queda claro que la guerra ha llevado a muchos ucranianos a buscar consuelo en su fe y a reflexionar sobre su relación con Dios.

“¿Es culpa de Dios la guerra?”, le preguntan a un joven. “No, no, no. No es culpa de Él. Pero, ¿cómo puedes confiar en Dios cuando todo está yendo así?”, responde.

FEBC es una organización fundada en 1945 para compartir el evangelio en China. Hoy en día, cuenta con más de 900 empleados y 1.800 voluntarios que producen 842 horas de programación diaria, transmitiendo en Asia, Rusia, Ucrania, Oriente Medio y África. Los programas en 124 idiomas se emiten desde 265 estaciones.