Donbass, Ucrania, es considerada la región de Europa donde la iglesia es más vulnerable

Desde 2014, las iglesias protestantes de la región oriental ucraniana de Donbass sufren una presión creciente. Esto comenzó después de que las protestas antigobierno llevaron a una sublevación respaldada por Rusia en las provincias de Donetsk y Luhansk, donde los rebeldes establecieron repúblicas independientes autoproclamadas.

En noviembre, la Alianza Evangélica de Europa consideró a Donbass como la región europea donde la iglesia es más vulnerable. Esto se debe a que las autoridades de las autoproclamadas repúblicas independientes de Donetsk y Luhansk impusieron normas que obligan a las organizaciones religiosas a solicitar un registro para poder operar.

El cumplimiento de esta norma resultó ser extremadamente difícil para las iglesias que no están alineadas con la Iglesia Ortodoxa de Moscú.

En junio del año pasado, las autoridades de la autoproclamada República Popular de Donetsk prohibieron a tres iglesias protestantes realizar actividades y otras cerraron sus edificios. En agosto, los libros de Charles Spurgeon y Billy Graham de literatura cristiana fueron incluidos en una lista de literatura extremista y fueron prohibidos por un tribunal de la República Popular de Luhansk.

Ambas repúblicas, Donetsk y Luhansk, no están reconocidas oficialmente por la comunidad internacional, excepto por Rusia y no están vinculadas a la legislación internacional sobre derechos humanos.

Aunque las repúblicas exigen que las iglesias soliciten su registro, en 2019, una lista de 195 organizaciones religiosas registradas por las autoridades de Luhansk mostró que no se concedió ningún permiso a las comunidades protestantes.

Según un analista de la persecución de Puertas Abiertas, la obligación de registrarse ante las autoridades se está utilizando para ilegalizar ciertas actividades cristianas, como en la época de la Unión Soviética. Dijo que en estas regiones la falta de registro significa no tener acceso al gas, la electricidad o el agua, lo que hace prácticamente imposible las actividades de la iglesia. Cree que la situación seguirá siendo difícil para las iglesias protestantes de Donbass.

Incluso antes de la invasión rusa de Ucrania, la guerra entre los participantes en los movimientos separatistas apoyados por Rusia y el gobierno de Kiev contribuyó a que miles de personas huyeran de sus hogares y al menos 14.000 perdieran la vida en los últimos siete años, creando una crisis humanitaria.

En febrero, los servicios de seguridad rusos asaltaron una iglesia en Kerch, Crimea, región del sureste de Ucrania que está bajo control ruso. Además, al menos diez cristianos protestantes de Crimea fueron multados por ejercer su Fe en 2021.