Brasil prepara alianza global profamilia con gobiernos conservadores

El gobierno brasileño comienza a formar una alianza de países que defienden posiciones conservadoras. La idea es cambiar la forma en que temas como la educación sexual y el género han sido tratados en los últimos años en la ONU, la OMS y otras organizaciones internacionales, además de rescatar valores.

La estrategia ha sido vista con entusiasmo por algunos. Pero con preocupación por otros gobiernos que temen que tal iniciativa sea un cabildeo para tratar de contrarrestar la agenda progresista que, en las últimas décadas, ha logrado infiltrar asuntos como la ideología de género en las políticas públicas.

La semana pasada en Budapest, la ministra de Derechos Humanos de Brasil, Damares Alves, hizo un llamado para que más gobiernos se adhieran a la iniciativa. Aprovechó su participación en un evento sobre demografía organizado por Viktor Orbán, un líder nacionalista y conservador húngaro, para llamar a los gobiernos a formar un grupo de amigos de la familia.

Según manifestó, su objetivo en la ONU sería “defender y rescatar los valores que a menudo algunos sectores tienden a ignorar”. En este momento del discurso, la ministra fue aplaudida por los asistentes al acto.

Al hacer su presentación, la ministra indicó que estaba representando a “un hombre increíble que quiere presentar a Brasil al mundo como un país profamilia y provida”, en una referencia a Jair Bolsonaro. “Ahora Brasil es una nación profamilia”, dijo.

En diez minutos de un discurso sobre todo lo que el gobierno brasileño ha hecho para defender a la familia, Damares señaló que Brasil dirá “un no rotundo contra la ideología de género”. La ministra recordó que Bolsonaro ganó las elecciones por prometer “invertir en la familia”.

Pero la iniciativa no se limitó al discurso de Damares. Diplomáticos confirmaron que algunas misiones brasileñas ya han recibido mensajes con información sobre la determinación de la ministra.

La idea es que, con un giro conservador en diferentes lugares, las propuestas para “defender a la familia” puedan ganar aceptación. En Europa, Hungría, la República Checa y Polonia podrían seguir este camino.

El proyecto contará también con el apoyo del gobierno de Donald Trump y apuesta a que, en los próximos años, las elecciones se verán marcadas por el avance de una rama conservadora en varias regiones del mundo.

En los últimos tres meses, la diplomacia brasileña ha modificado radicalmente la posición del país. En la ONU, vetó términos como “género” en las resoluciones y se alió con gobiernos ultraconservadores de Oriente Medio para tratar de prohibir documentos que se refieran a la llamada “educación sexual”, entendiéndose ésta como un intento por inculcar a los estudiantes modelos progresistas liberales.

En todos los foros en los que participa, el gobierno brasileño intenta cambiar frases como “igualdad de género” en los textos. En su lugar, proponen sólo “igualdad entre hombres y mujeres”. En el origen del cambio está el hecho de que sólo existe el sexo biológico.