Exguerrillero sandinista encuentra a Jesús en Nicaragua

La transformación de Darío en Nicaragua es un verdadero milagro. Hoy, su casa está marcada con pintura que indica la presencia de líderes cristianos. El registro es una táctica del gobierno para identificar a los "enemigos" del Estado y recuerda que el pastor es despreciado todos los días. La casa está bajo la vigilancia constante de la policía y varios grupos militares.

Hasta hace poco tiempo, Darío pertenecía al grupo que actualmente lo persigue. A los 14 años, como muchos jóvenes de América Latina, se unió a un grupo guerrillero y luchó por él durante 11 años. Además, se declaró ateo y se opuso fervientemente al cristianismo, particularmente después de que su esposa se convirtiera.

A pesar de la objeción de su esposo, ella persistió en Cristo. El corazón de Darío se abrió a Jesús después de cinco años. Sin embargo, con el tiempo, todos vieron cómo cambiaba su perspectiva y comportamiento, hasta que finalmente renunció por completo a su vida como militante sandinista.

Se hizo pastor y ante la creciente crisis y persecución en Nicaragua, se vio impulsado a orar y clamar al Señor por su nación. Formó parte de los cristianos que rescataron a manifestantes heridos en 2018 en protestas contra los abusos del Gobierno de Ortega y desde entonces ha sido acusado de incitar a la violencia y ser enemigo del Estado por la ayuda prestada.

Nicaragua entró este año en la Lista Mundial de Persecución por la intensa vigilancia y aversión a los cristianos que las autoridades han establecido en los últimos años. En este contexto, pocos tienen el privilegio del pastor Darío y su familia de conocer y seguir a Jesús.

Hoy el pastor Darío entiende que su misión es orar y llevar esperanza a Nicaragua. "Estamos buscando a Dios con sincera devoción en oración. Creemos que a través de la oración Dios nos ha ayudado a sobrevivir a la persecución", concluye el pastor.