El Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE) solicitó este martes que las elecciones generales (presidenciales y congresuales) del próximo 5 de julio en la República Dominicana se celebren con toda normalidad y civismo, para fortalecer los procesos democráticos y el entendimiento entre las diferentes fuerzas sociales del país.

Estas elecciones estaban previstas para este 17 de mayo de forma simultánea en todo el territorio de ese país. Sin embargo, la Junta Central Electoral postergo por 2 meses el calendario electoral, creando una nueva fecha para las elecciones, siendo el domingo 5 de julio, como medida para salvaguardar la salud de la población por la pandemia del COVID-19.

El pastor Feliciano Lacén, representante de la entidad evangélica, dijo que la Junta Central Electoral deberá informar a la población de manera definitiva sobre el esquema sanitario que usaría en los recintos electorales a fin de tomar las medidas preventivas ante la situación de salud pública relacionada con el Covid-19.

Afirmó que el interés de la comunidad evangélica “es que todo se lleve a cabo de la mejor manera”, y que los resultados, sean cuales fueren, puedan ser aceptados por todos los actores del proceso como un triunfo para la democracia y la madurez del pueblo dominicano.

En otro aspecto, Lacen dijo favorecer que el Gobierno junto a los sectores económicos y el liderazgo evangélico, dialoguen sobre la ejecución de un plan para una eventual reapertura de la economía, los negocios y las iglesias evangélicas y católicas.

Sostuvo que la comunidad evangélica representada por CODUE, la Confraternidad Evangélica Dominicana, el Consejo Nacional de Confraternidades de Pastores Evangélicos, y la Mesa de Diálogo y Representación Cristiana, elaboran propuestas para un protocolo de apertura de los templos, la cual enviarán al Poder Ejecutivo en los próximos días.

Pastor lamenta exclusión de evangélicos

Por su parte, el pastor Domingo Paulino Moya lamentó este mismo martes, la forma excluyente con que, a su juicio, el presidente dominicano, Danilo Medina, se ha manejado con el liderazgo evangélico, en relación con una consulta sobre la reactivación económica paulatina del país luego de las restricciones por la pandemia del Covid-19.

Moya indicó que los tiempos modernos no aconsejan excluir a entidades que se han sabido ganar un espacio en el orden social por su labor a favor del bien común, además de su contribución al bienestar social en el orden moral y espiritual del país.

El pastor, conocido por su lucha en busca de lograr un mejor trato del gobierno hacia las iglesias evangélicas, consideró que Medina es un político y jefe de Estado actualizado, que conoce bien cuáles son las voces que inciden en la conciencia de la nación en el ámbito social, político y religioso.

Enfatizó que estos tiempos que vive el país y el mundo, requieren de un gobierno que no excluya a ningún sector al momento de asumir decisiones que competen a toda la población.

Moya sostuvo que los aportes sociales religiosos y políticos del conglomerado evangélico a favor de la sociedad, le colocan como un auxiliar de trascendencia “que no puede ser dejado a un lado en la lucha contra la pandemia del Covid-19, que destruye la salud física, emocional y económica de la sociedad dominicana”.

El líder evangélico calificó como lamentable lo que observó el país en la reunión del presidente con representantes del sector empresarial, sindicalistas y la iglesia católica para escuchar sus opiniones sobre la reactivación de la economía, ante la ausencia de la comunidad evangélica.