La denominación protestante más grande de los Estados Unidos tiene un nuevo líder en Washington, D.C. y una ambiciosa agenda para influir en la política durante este año.

Como presidente de la Comisión de Ética y Libertad Religiosa de los Bautistas del Sur (ERLC, por sus siglas en inglés), Brent Leatherwood representa a 13 millones de bautistas en la capital de la nación, ocupándose de cuestiones políticas que van desde el aborto hasta la libertad religiosa.

Leatherwood, quien anteriormente ocupó el cargo de presidente en funciones de la ERLC tras la salida de Russell Moore, dice que está deseando influir en asuntos legislativos además de compartir su fe.

"No solo vamos a promover soluciones de política pública que creemos que se basan y reflejan las verdades bíblicas, sino que también vamos a ministrar a los funcionarios electos", dijo a CBN News.

La agenda 2023 de la ERLC prioriza la libertad religiosa, las iniciativas provida y cuestiones como la defensa de los inmigrantes conocidos como Dreamers [Soñadores]. En el Capitolio, eso incluye oponerse a la financiación del aborto por parte de los contribuyentes, moverse para restringir las píldoras abortivas e investigar formas de regular la industria del juego.

Libertad religiosa a nivel laboral

La ERLC también está siguiendo de cerca dos casos de la Corte Suprema que podrían alterar la libertad religiosa en el lugar de trabajo. Uno involucra a un artista gráfico en Colorado que busca el derecho a decir no a realizar trabajos para bodas gay.

El otro caso se refiere a un cartero que quiere los domingos libres para asistir a la iglesia.

"Creo que las adaptaciones religiosas y de conciencia formarán parte cada vez más de nuestro diálogo en la esfera pública", dijo Leatherwood.

La cuestión de los abusos sexuales

Al mismo tiempo, él y otros líderes bautistas están plenamente conscientes de la crisis de abusos sexuales que la convención sufrió y que salió a la luz en 2019.

"Si no lo enfrentamos, si no lo abordamos, si no hacemos que nuestras iglesias sean seguras para las víctimas y estén a salvo del abuso, eso socava nuestra capacidad de ser mensajeros efectivos del evangelio", dijo Leatherwood.

Muchas víctimas han trabajado durante años para llamar la atención de la Iglesia. Ahora, se sienten frustradas por la lentitud de las reformas. Leatherwood dice que hay una razón para ello.

"No se trata de un simple arreglo para luego poder decir 'ya está'. No, no", dijo. "Estamos en esto a largo plazo y vamos a dar pasos metódicos guiados por las escrituras para asegurarnos de que lo hacemos bien".