Venezuela politiza la reapertura de iglesias

Es triste ver cómo sacerdotes y pastores se prestan a la manipulación política de la cuarentena para no perder su ‘plato de lentejas’.

28 DE JULIO DE 2020 · 11:00

Kevin Keith, Unsplash,globo terráqueo, Venezuela
Kevin Keith, Unsplash

Respetado Fílos:

Nuevamente tengo el grato honor de saludarte junto a tu familia, a la vez de responder a tu inquietud, que sé es la de muchos cristianos venezolanos y del mundo, acerca de la tan ansiada reapertura de los templos donde se congrega la Iglesia del Señor.

Es muy comprensible la necesidad que existe de que la Iglesia como cuerpo vivo de Cristo se reúna, por aquello que dice el Salmo 133: “Mirad cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos habiten juntos en unidad... porque allí mandó el Señor la bendición, la vida para siempre”. Es correcto que los cristianos anhelen asistir a los servicios, guardando los protocolos de rigor en estos tiempos virales, pero lo que es incorrecto es que los políticos y gobernantes pretendan violentar o manipular ese derecho con argucias politiqueras, usando la pandemia para su propio rédito; tal cual está pasando en nuestra golpeada y sufrida Venezuela.

Sé que ahí radica tu mayor preocupación, aunque hay otros gobernantes aprovechándose del coronavirus para someter a su población, lo que sucede en Venezuela es único y ahí es donde enfocaré mi respuesta.

Las calles atestadas, mercados y supermercados llenos de compradores, vendedores ambulantes llenando las vías, festividades religiosas y fiestas públicas y privadas, dan cuenta de un sector del país que para nada respeta el distanciamiento social y las normas de prevención; sin embargo, se oponen a la reapertura de los templos, tan importantes para la salud espiritual de una nación.

Desde que a finales de 2019 la simbiosis del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y el régimen crearon «la vicepresidencia para Asuntos Religiosos» y la pusieron en manos de José Gregorio Vielma Mora, la mayoría se preguntó: ¿para qué la creación de tal instancia y por qué politizar el tema religioso en Venezuela?

Luego de la creación en abril pasado del ‘Consejo Interreligioso Social de Venezuela’, integrado por la Conferencia Episcopal, el Consejo Evangélico de Venezuela, Unicristiana, la iglesia Adventista y varias denominaciones protestantes históricas -todos de confesión cristiana-; el régimen de inmediato, ni corto ni perezoso, creó el oficialista ‘Consejo Nacional Interreligioso’, solo que como era de esperarse, lo integran movimientos evangélicos afectos al régimen y una camada de organizaciones religiosas afrodescendientes identificadas como «ancestrales», así como uno que otro sacerdote católico chavo-madurista.

Llegada la pandemia, el gobierno a través de la vicepresidencia religiosa del PSUV comenzó a mostrar sus colmillos marxistas. Tanto que el pasado 9 de julio emitió un comunicado a través de su Consejo Nacional Interreligioso donde «invita y exhorta a suspender toda reunión religiosa que genere aglomeración... motivado al COVID-19, flagelo que cobra fuerza cada día más por la falta de observancia a los decretos emanados... impulsando así la propagación que algunos religiosos inescrupulosos pretenden generar con sus reacciones de hegemonías de poder...». El mismo está firmado por quienes lo integran.

Para nadie es un secreto la pelea a cuchillo que existe en el oficialismo venezolano, donde han sido involucradas las organizaciones religiosas para tratar de crear «la nueva normalidad», pero no por el Covid-19, sino por la supremacía y supervivencia política de un cada día más desintegrado régimen. Mientras las confraternidades de pastores regionales sostienen reuniones con sus gobernantes locales y estatales, el régimen impone de manera centralizada prohibiciones sin evaluar la realidad de cada ciudad y estado en Venezuela.

Es triste, amado Fílos, ver cómo sacerdotes y pastores se prestan a la manipulación política de la cuarentena para no perder su ‘plato de lentejas’ (criollamente conocido como ‘bozal de arepa’). Es deplorable que este languideciente régimen enemigo del Señor maneje la reapertura de las iglesias de manera tan baja, donde la politiquería está a la orden del día, so pena de prisión a los sacerdotes o pastores que osen abrir los templos. Imagínate, si han puesto a los médicos y expertos en epidemiología a un lado, y desestimado la seguridad de ellos y de los enfermos por Covid, ¿podemos esperar menos los cristianos?

La vinculación marxista del régimen venezolano con las autoridades de la ONU y su OMS, pone el panorama de los cristianos en nuestro país en un nivel muy desesperanzador. Muchos gobernadores de oposición no se atreven a otorgar permisos para reabrir los templos en sus regiones, por la asfixiante presión que el desgobierno nacional ejerce sobre ellos y los pastores evangélicos, católicos y protestantes; mientras estos oran por el reinicio de los servicios, organizaciones como el Movimiento Cristiano Evangélico por Venezuela (MOCEV), y su líder Moisés García, miembro del Consejo Interreligioso oficialista, están alineados totalmente con la vicepresidencia para Asuntos Religiosos del partido de gobierno.

Muy difícil y vergonzosa la situación para los cristianos en Venezuela, mi respetado hermano Fílos. Imagínate la impotencia que deben tener las organizaciones cristianas no compradas por el régimen. Te confieso el coraje que siento desde el exilio; solo podemos orar para que Dios acelere el cumplimiento profético y liberte a Venezuela de las manos del diablo.

Te dejo esta porción de las Escrituras para que medites acerca de la opresión del régimen a la Iglesia y por la desvergüenza de los ‘ministros cristianos’ que se han vendido su primogenitura ante Maduro. Está en Sofonías 3:1-5:

“¡Ay de la rebelde y contaminada, la ciudad opresora!

No escuchó la voz, ni aceptó la corrección. No confió en el Señor, ni se acercó a su Dios.

Sus príncipes en medio de ella son leones rugientes, sus jueces, lobos al anochecer; no dejan nada para la mañana.

Sus profetas son temerarios, hombres desleales. sus sacerdotes han profanado el santuario, han violado la ley.

El Señor es justo en medio de ella; no cometerá injusticia. Cada mañana saca a luz Su juicio, nunca falta; pero el injusto no conoce la vergüenza”.

Me despido con un fuerte abrazo a la distancia, amado Fílos, nos veremos pronto, cuando el Eterno destruya a este régimen oprobioso. Bendiciones de tu hermano en el exilio...

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Epístola de Isacar - Venezuela politiza la reapertura de iglesias