‘El mayor regalo’: el perdón
El Talmud judío dice que Dios ama a tres clases de personas: el que no renuncia a la libertad, el que no se enoja fácilmente y el que es capaz de perdonar.
14 DE NOVIEMBRE DE 2018 · 11:00

El cineasta Manuel Cotelo ha producido recientemente un estremecedor documental sobre el perdón con el título “El mayor regalo”. En su opinión, el perdón es el regalo más grande que una persona ofendida puede hacer a su ofensor.
Quien es generoso de naturaleza siempre está dispuesto a perdonar, porque al hacerlo vive un profundo e inefable placer.
- El periodista Pedro Simón, quien comenta el documental, reproduce imágenes que figuran en el mismo. Irene Villa perdonó a los etarras que quisieron matar a ella y a su madre. A Villa, hoy periodista, le amputaron las dos piernas cuando tenía doce años.
- Una de las víctimas de Ramón Isaza, paramilitar colombiano que mató a parte de su familia, aparece junto al verdugo dejándose abrazar por el hombre en actitud de perdón.
- En la imagen más importante del documental una mujer africana de la tribu tulsi da la mano al hombre de otra tribu, los hutos, que mató a siete de sus hijos. La conocida frase “yo no perdono a quien me la hace”, no va con ella.
Un simple hijo enfermo es motivo de muchas lágrimas. Puede imaginarse el dolor de una madre a quien han matado siete, muy pegada al asesino y ambos tomados de las manos. Solamente los espíritus valerosos pueden llevar el perdón a tal extremo.
Sólo ellos saben la manera de perdonar. Un ser vil no perdona nunca; no está en su naturaleza. El Talmud judío dice que Dios ama a tres clases de personas: aquél que no renuncia a la libertad, aquel que no se enoja fácilmente y aquél que es capaz de perdonar. Un proverbio árabe añade: perdona a quien da un paso en falso; piensa en que tú también tienes dos pies y puedes tropezar.
Cristo va más lejos: “Si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas” (Mateo 6:14-15).
En la Biblia el perdón comienza en el paraíso. Aunque el primer matrimonio transgredió la ley de Dios, el Señor perdona a ambos y les promete la redención.
En el Nuevo Testamento Cristo comienza su predicación declarando el perdón. En algunos textos atribuye el perdón al Padre, como en los anteriores versículos de Mateo.
Me atrevería a decir más: que la mujer que perdona al asesino de sus siete hijos está siguiendo, sabiéndolo o sin saberlo, un aspecto de la justicia de Dios, que no quiere la muerte del impío (Ezequiel 33:11) y anuncia el perdón en el nombre del Hijo (Hechos 10:43).
Isaías 55:7, al hablar del perdón de Dios, define el gran corazón que debe tener la persona dispuesta al perdón: “el Dios nuestro será amplio en perdonar”.
La venganza es fruto de una organización cerebral feroz y brutal. El perdón revela una naturaleza dulce y humana. El gran dramaturgo madrileño Jacinto Benavente escribió que a perdonar sólo se aprende en la vida cuando a nuestra vez hemos necesitado que nos perdonen.
Fantástico el documental de Manuel Cotelo sobre el perdón. Nada hay tan noble como perdonar y escuchar de los labios del dulce Jesús: “perdonad si tenéis algo contra alguno” (Marcos 11:25).
De esta sentencia del Maestro sacó Pablo el siguiente juicio: “Perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros” (Colosenses 3:13).
Aquí el trailer de la película de Cotelo:
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