Activistas contra la pornografía denunciaron los daños que ocasiona este material en los menores de edad y la necesidad de formalizar leyes que regulen el acceso a dicho contenido.

Durante el evento realizado en el Centro Nacional sobre la Explotación Sexual, se escucharon testimonios de los afectados y se recordó la importancia del proyecto de ley 1181 de la Cámara de Representantes, un estatuto presentado la semana pasada ante la Corte Suprema que impulsa la verificación de edad en Texas para el acceso a la pornografía.

El texto explica que cualquier sitio web con más de un tercio de "material sexual perjudicial para menores" debe implementar estas medidas de regulación.

No es primera vez que desde el estado sureño impulsan estas iniciativas. En 2023 se logró aprobar el estatuto, sin embargo, los distribuidores de pornografía la impugnaron, alegando que la exigencia de verificación de edad violaba la Primera Enmienda y los derechos de privacidad de los usuarios.

A pesar de esta acción, ese mismo año, el fiscal general de Texas, Ken Paxton, consiguió una victoria para el proyecto en el Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito y suspendió la orden judicial contra la ley.

Después de esto, el tribunal de apelaciones dictaminó que la oficina del fiscal general del estado podía hacer cumplir la ley mientras continuaba el litigio. 

Imagen referencial tomada del canal en Youtube de @JoshMcDowellMinistry

“La pornografía me robó la inocencia”

Los sitios web que promueven este tipo de contenido como Pornhub, han enfrentado repetidamente acusaciones y demandas por no proteger a los menores, incluidas señalamientos de lucrarse con material de abuso sexual infantil.

Rachel Robison, una sobreviviente por la exposición a la pornografía, participó en el evento realizado en la sede del Centro Nacional sobre la Explotación Sexual junto a otros activistas para corroborar estas acusaciones.

Denunció que vio videos sexuales desde los 7 años de edad durante una cita de juegos, un hecho lamentable que la llevó a batallar contra la adicción a la pornografía por más de 13 años. 

La joven dijo que luchaba con una visión distorsionada del sexo y varios problemas de salud mental por consumir estos contenidos a temprana edad.

"No hay lugar para los niños en la industria del porno... Si estos sitios hubieran tenido verificación de edad, entonces mi vida habría sido completamente diferente y no habría soportado el dolor y el sufrimiento que tuve que soportar mientras crecí... me robó la inocencia" explicó.

Siguió contando que vio videos que mostraban abusos. Para ilustrar el tipo de contenido al que tenía acceso, en la exposición, se mencionaron títulos en Pornhub, como "Niña atada por primera vez" y "Mujer violada: no se le permite decir que no".

"La industria del porno me enseñó que yo era un objeto" agregó.

Todo empeoró

En su testimonio, Robison comentó que a los 11 años comenzó a hacerse daño a propósito y finalmente tuvo que ser hospitalizada después de un intento de suicidio y lo que ella describió como "autolesión extrema".

Asistió a múltiples sesiones de terapia y durante cada cita, el consejero le preguntaba por qué quería hacerse daño. 

"Me daba mucha vergüenza admitir que tenía adicción a la pornografía, así que siempre respondía: 'No sé, sólo quiero morirme'... Pero era pornografía, esta me hizo odiar mi cuerpo, cuestionar mi valor, aislarme de los demás y consumir contenido gráfico violento hasta el punto de que a menudo me sentía mal del estómago" dijo.

Narró un episodio donde fue agredida sexualmente a los 16 años, sin embargo, pensó: "Esto es como la pornografía", una mentalidad que la fue desensibilizado ante el abuso y la violencia sexual.

"Y fue esta mentalidad la que me dijo que debía permanecer en mi relación con mi abusador porque mi "no" en realidad nunca puede significar "no"… Esto es lo que nos enseña la industria del porno… Que mis opiniones no tienen ningún significado real" recalcó.

Restauración y activismo

Robinson pudo empezar su recuperación a los 18 años de edad cuando en la universidad entendió que estaba siendo abusada. Ahora está casada y lleva "10 años sin autolesionarse" y "cuatro años sin pornografía".

Explicó que todavía sufre pesadillas e hipersensibilidad al contenido sexual, sin embargo, esto no le impide luchar por lo que cree que es correcto y así evitar que otros sufran lo que ella vivió.

"La pornografía se aprovecha de las mentes de niños y jóvenes sin ningún intento de protegerlos, sino más bien de obtener ganancias a pesar de su inocencia... Yo estoy aquí hoy del lado correcto de la historia, eligiendo luchar por la verificación de edad en los sitios pornográficos..." finalizó.