La Biblia, la Palabra y las palabras
Hay muchas palabras cuyo origen está en la Biblia y que se han incorporado al habla común.
14 DE SEPTIEMBRE DE 2022 · 08:00

Hay muchas palabras y frases de la Biblia que se han generalizado en el habla común pero pocos saben el origen de las mismas.
Algunos ejemplos tenemos a mano, verbigracia: El escritor Daniel Balmaceda en su interesante libro “Historias de letras, palabras y frases” rescata algunas de ellas.
Dice nuestro autor: Ungido es una forma de aclarar que es el “elegido”. Esto se debe a una antigua tradición de untar con óleos y bálsamos en la frente a quién ha sido designado para un alto cargo, en un reino o en el templo. Esa costumbre se mantuvo en la era cristiana el Jueves Santo y en bautismos y confirmaciones, aunque en estos casos suele utilizarse agua bendita”.
“En griego, khrisma es “ungüento perfumado”. En el latín fue chrisma y dio origen a cresme en francés antiguo, craem en inglés y “crema” en español. Pero lo más curioso que la palabra –escribe Balmaceda- terminó designando no sólo al ungüento, sino también al sitio donde se aplicaba, es decir, la frente. Entonces, si escuchamos a alguien decir: “Se cayó y se rompió la crisma”, ya sabemos dónde está: en la cabeza, es la frente”.
“Luego tenemos los textos de San Pablo, quien recorrió Asia Menor predicando la Palabra de Dios. En la ciudad de Éfeso, a orillas del mar Jónico, no la pasó bien. Incluso, estuvo a punto de ser linchado (esta palabra también tiene su historia) por la multitud instigada por los comerciantes, quienes rendían culto a Artemisa”;
Pablo relató sus penurias en la epístola (quiere decir carta) Ad Efesios. En el texto, además de censurar la ingesta de vino, daba consejos matrimoniales. Con el tiempo aquellas costumbres o exageraciones pasaron a ser consideradas poco a tono con el gusto general o simplemente “feo” y en la actualidad a todo lo similar se le llamó “adefesio”.
Son muy conocidos los pasajes de los evangelios cuando el Señor Jesús fue llevado ante el prefecto de Roma, Poncio Pilatos. Este no veía motivos para condenar a Jesús. “Sin embargo, los instigadores impusieron su postura empujando al pueblo para que mostrara su malestar. Según el evangelio de San Juan, Pilatos se plantó delante de la masa y anunció, señalando a Jesús: “He aquí a vuestro rey”. Los manifestantes comenzaron a gritar: “¡Sácalo, sácalo!” ¡Que lo crucifiquen!
“Por supuesto, los evangelistas no escribieron los textos en latín, pero en traducciones posteriores, la frase del pueblo se convirtió en “Tolle, tolle, crucifige eum”.
“De tolle, aquel imperativo del verbo tellere (sacar, quitar”, se generó la expresión que habla de alboroto, confusión y enojo de un grupo: “Se armó un tole tole”.
Otra frase de Pilatos es cuando después de haber flagelado al Señor Jesús lo mostró al pueblo diciendo: “Ecche Homo” o sea “He aquí al hombre”, que es muy utilizada y dio título a uno de los libros del filósofo Frederick Nitsche.
Como vemos hay muchas palabras cuyo origen está en la Biblia y que se han incorporado al habla común.
Por eso la Biblia es el Libro de los Libros y escudriñarlo y poner en práctica sus preceptos nos hace cada día mejores hijos de Dios y más felices.
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Desde Valcheta - La Biblia, la Palabra y las palabras