¿Creer en Dios o creerle a Dios?

Tener fe en Él; es decir, creerle a Dios, nos hace recibir su favor. 

02 DE OCTUBRE DE 2022 · 08:00

Timothy Eberly, Unsplash,leyendo biblia, joven biblia
Timothy Eberly, Unsplash

Todos los cristianos creen en Dios, por eso se llaman creyentes, incluso muchísimos inconversos creen en Dios, pero otra cosa muy diferente es creerle a Dios, lamentablemente no todos le creen al Señor, por eso es importante analizar ambos conceptos.

Una cosa es creer en Dios y otra muy diferente es creerle a Dios. Todos podemos creer en Dios, pero qué difícil se nos hace creerle a Dios, que es creer en lo que dice la Biblia y poner en práctica sus mandatos en nuestra vida.

No es una gran hazaña creer en Dios, pues Santiago 2:19, dice: «Tú crees que Dios es uno. Bien haces. También los demonios creen y tiemblan». Debemos dar un paso más que simplemente creer en Dios, es necesario creerle a Él si queremos ver su gloria.

  • Creerle a Dios es vivir en fe y en obediencia a la Palabra de Dios, debemos vivir en fe; es decir, creerle a Él porque «sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe, y que sabe recompensar a quienes lo buscan» (Hebreos 11:6).
  • Creer en Dios es tener la certeza de su existencia, pero creerle a Dios es tener la seguridad de su actuar conforme a su Palabra. Creerle a Dios produce manifestaciones sobrenaturales y milagros.
  • Cuando le creemos a Dios descansamos totalmente en sus manos confiando en su fiel cuidado. Si creemos en el nombre del Señor, significa que le creemos a Él y a lo que hizo en la cruz para nuestra salvación; «si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para alcanzar la justicia, pero con la boca se confiesa para alcanzar la salvación» (Romanos 10:8-9).
  • Creerle a Dios y confesar su Palabra con fe produce resultados positivos y gloriosos, porque veremos el producto de su poderoso actuar.

La Biblia está llena de gloriosos episodios donde hombres y mujeres como nosotros no solo creyeron en Dios, sino que le creyeron a Él.

Veamos solo algunos ejemplos de los tantos que hay en las Escrituras.

  • Abrán creía en Dios, oyó su voz y salió de su tierra sin saber exactamente a donde iría, a pesar de no tener hijos el Señor le prometió que le daría un hijo para perpetuar su descendencia hasta hacerla incontable; Abrán le creyó a Dios y eso le hizo justo, «entonces [Dios] lo llevó afuera, y allí le dijo: “Fíjate ahora en los cielos, y cuenta las estrellas, si es que las puedes contar. ¡Así será tu descendencia!”. Y Abrán creyó al Señor, y eso le fue contado por justicia» (Génesis 15:5-6).
  • Otro poderoso episodio fue el escenificado por el centurión romano frente al Señor, quien creyó en el poder sanador y la autoridad de Cristo, y le rogó a Jesús que sanara a su siervo enfermo y atormentado sin necesidad de que se trasladara a su casa, esta gran manifestación de fe impactó al Señor; «luego dijo Jesús al centurión: “Ve, y que se haga contigo tal y como has creído”. Y en ese mismo momento el criado del centurión quedó sano» (Mateo 8:13). Le creyó al Señor y recibió su milagro.
  • En otra oportunidad «cuando Jesús llegó a la casa, los ciegos se le acercaron y él les preguntó: “¿Creen que puedo hacer esto?”. Ellos dijeron: “Sí, Señor”. Entonces les tocó los ojos, y les dijo: “Que se haga con ustedes conforme a su fe (Mateo 9:28-29).

Le creyeron al Señor y recibieron su milagro. Creerle a Dios siempre ha producido impactantes frutos de gloria y poder.

Tener fe en Él; es decir, creerle a Dios, nos hace recibir su favor. «Por esta razón les digo que todo pr lo cual oran y piden, crean que lo han recibido y les será hecho» (Marcos 11:24). Creer que hemos recibido algo apenas lo hemos pedido mueve la mano de Dios en nuestro favor.

Millones de personas en el mundo creen en Dios, pero no todos le creen a Dios, por eso no todos reciben un milagro o el impacto del poder de Dios en su vida. Creerle a Dios como lo enseña la Biblia nos hace hijos bienaventurados del Padre celestial.

El secreto de creerle a Dios está en la revelación que el Espíritu Santo trae a nosotros para poder alcanzar sus bendiciones y ver su gloria. Está bien creer en Dios, pero su poder se desata cuando le creemos a Él.

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Clarinada venezolana - ¿Creer en Dios o creerle a Dios?