Por qué dejé de ser Adventista del Séptimo Día

Dios me guarda, Cristo es mi Salvador y vivo sellado y salvo por su sacrificio completo en la cruz.

    04 DE MAYO DE 2025 · 08:00

    Fachada de un templo adventista,iglesia adventista
    Fachada de un templo adventista

    En este escrito deseo expresar las principales razones que me motivaron a dejar la Iglesia Adventista del Séptimo Día y comenzar un nuevo camino con Cristo, bajo la influencia del Espíritu Santo, verdadero sello de Dios y siguiendo las enseñanzas del Solo la Biblia como mi única autoridad para la fe y la práctica.

    Dios es quien me guarda, Cristo es mi Salvador y vivo bajo la influencia del Espíritu Santo, sellado y salvo gracias a su sacrificio completo en la cruz.

     

    Razón 1

    Yo rechazo la Autoridad Suprema en las Enseñanzas de Elena G. de White y sus Enseñanzas, Influencia, Consejos, Visiones y Profecías y Yo Rechazo a Elena G. de White como profetisa. Niego que tenga la misma autoridad que los profetas bíblicos.

    La Iglesia Adventista del Séptimo Día (ASD) considera a Elena G. de White como una profetisa y una fuente continua de verdad para la iglesia . En la Creencia Fundamental 18 de En Esto Creemos, se afirma que el don de profecía se manifestó en el ministerio de Elena G. de White, y que sus escritos son una «fuente continua y autorizada de verdad» que ofrece guía y corrección a la iglesia. incluso después de su muerte. La creencia no ofrece la posibilidad de que el mismo don del Espíritu de Profecía se manifieste plenamente en otras personas en la Iglesia Adventista del Séptimo Día o en otras iglesias, restringiéndose sólo a él un don que es ampliamente ofrecido según la Biblia.

    Ningún miembro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, Pastor, Trabajador o Empleado está autorizado o tiene la libertad de presentar ningún error teológico, histórico o interpretativo en los escritos, visiones, sueños, manuscritos, libros y consejos de Elena G. de White.

    Esa autora del siglo 19 es considerada infalible e inerrante, por encima de la propia posición de la organización adventista sobre la Biblia. Si sus errores y teologías son expuestos como contrarios a la posición de las escrituras bíblicas, los miembros y representantes oficiales sufrirán represalias, disciplina y castigos eclesiásticos.

     

    Razón 2

    Yo rechazo la enseñanza de que el séptimo día de la semana (sábado) tiene alguna importancia espiritual para determinar mi salvación o condenación eterna.

    La Iglesia Adventista del Séptimo Día afirma que guardar el sábado es un punto de salvación y también atribuye guardar este día como una señal entre creyentes e infieles a Dios. Además, el adventismo promueve una teoría de la conspiración que somete a católicos y protestantes a una nueva categoría: futuros asesinos de adventistas debido a un decreto dominical que perseguirá a quienes guarden el sábado como lo describen los textos de la autoridad profética de la Iglesia Adventista, Elena de White.

    Sin entrar a detallar todo el berenjenal sistemático que utilizan  saltando de texto en texto para intentar probar esta enseñanza distintiva del grupo y su afirmación “escatológica” de que el sábado será la señal, o “sello de Dios” para distinguir a los verdaderos y creyentes y los falsos, el resultado de esta teología llega a convertirse en un sistema legalista y de salvación por obras, negando todo el evangelio de la cruz y resurrección de Jesucristo, y las claras enseñanzas del apóstol Pablo:

    • “No hacemos como Moisés, quien se ponía un velo sobre el rostro para que los israelitas no vieran el fin del resplandor que se iba extinguiendo. Sin embargo, la mente de ellos se embotó, de modo que hasta el día de hoy tienen puesto el mismo velo al leer el antiguo pacto. El velo no les ha sido quitado, porque solo se quita en Cristo. Hasta el día de hoy, siempre que leen a Moisés, un velo les cubre el corazón. Pero cada vez que alguien se vuelve al Señor, el velo es quitado”. 2 Corintios 3. 13-16
    • “...Antes, cuando no conocían a Dios, ustedes eran esclavos de los que en realidad no son dioses. Pero ahora que conocen a Dios —o más bien que Dios los conoce a ustedes—, ¿cómo es que quieren regresar a esos principios ineficaces y sin valor? ¿Quieren volver a ser esclavos de ellos? ¡Ustedes siguen guardando los días, los meses, las estaciones y los años!” Gálatas 4. 8-10
    • “pues (Cristo) anuló la Ley con sus mandamientos y requisitos. Esto lo hizo para crear en sí mismo de los dos pueblos una nueva humanidad al hacer la paz” Efesios 2. 15
    • “Así que nadie los juzgue a ustedes por lo que comen, beben o con respecto a días de fiesta religiosa, de luna nueva o de sábado. Todo esto es una sombra de las cosas que están por venir; la realidad se halla en Cristo”. Colosenses 2. 16, 17.

    Si uno realiza un estudio serio del Nuevo Testamento, verá que no existe ningún mandato a la iglesia cristiana ni de observar un día de reposo como los judíos, ni sábado, ni tampoco el domingo. La mayoría de las iglesias se reunían frecuentemente, y si bien la tendencia de las iglesias en el siglo II fue la de reunirse los domingos, celebrando no un día de reposo ceremonial, sino una celebración de la resurrección del Señor.

    El distanciamiento de la iglesia de las tradiciones judías inicia bien tempranamente con el Concilio de Jerusalén (Hechos 15). (año 49 o 50, 20 años antes de la destrucción de Jerusalén). Además cabe señalar que toda la teología Paulina trabaja sobre la idea de la anulación de la ley en la cruz, las ordenanzas del Antiguo Testamento, sustituida por la ley de Cristo.

    Tampoco encuentro ninguna base bíblica para el tema del remanente, vs. los guardadores del domingo, la ley dominical, y no encuentro motivo para su delirio de persecución por guardar un día de reposo, ya que existen millones de judíos que descansan sábado, otros tienen el viernes su día de reposo, y la gran mayoría trabajamos con turnos rotativos, que es la tendencia mundial en este momento.

     

    Razón 3

    Yo rechazo la enseñanza de que Jesucristo está en el cielo, en un Santuario, realizando un juicio investigador a partir del 22 de octubre de 1844 para determinar quiénes son los auténticos creyentes y quiénes los falsificados.

    Esta es la principal creencia por la cuál he renunciado a la iglesia adventista del séptimo día, me he separado de ella, y escribo contra ella.

    Aunque no entraré a explicar toda la perorata que ellos dan para explicar el fracaso Millerita del 22 de octubre de 1844 cuando no pasó nada, Cristo no vino a la tierra, ellos, astutamente, encontraron alguna forma de inventar un juicio, con libros, con ángeles con tarjetas de oro, que van y vienen, tomando informes y yendo al cielo a anotar lo que está sucediendo aquí en la tierra, y de paso tienen tiempo de visitar a Enoc, en Saturno, o a otros seres vivientes en otros planetas “no caídos”. Supuestamente todos esos seres están pendientes de lo que pasa en la tierra, ya que los verdaderos creyentes, demostrarán al universo, que hay personas que pueden ser fieles a Dios, al igual que Job, sin cometer pecados.

     

    Y aquí cierro. Todo esto es un triángulo esotérico, que tiene encantado a millones de personas. La inspiración infalible de Elena de White, el sábado y la ley, y el juicio investigador de 1844.

    Estos 3 puntos, búsquelos usted con sumo cuidado, podrían ser una tontería, algo así como los sobres que tienen los Bautistas a la entrada de la iglesia, o el tema de hablar en lenguas de los pentecostales. Pero lo terrible, es que para ellos (los adventistas) estos 3 puntos no son puntos que usted tiene la opción de aceptar o rechazar. Estos son puntos centrales de la fe adventistas, y nadie puede dudar de ellos, ni tampoco cuestionarlos dentro del sistema.

    Lo más triste, es que ellos como iglesia se van afirmando en esa postura, y expulsan y maltratan a todo el que piensa diferente. Por eso, yo elegí salir, y estoy muy feliz de haberlo hecho.

    El Señor ayude a todos aquellos sinceros lectores de la Biblia, a salir de este tipo de instituciones manipuladoras, que manipulan la verdad, para continuar en el error. Y que hay muchos intereses económicos y de poder, que desalientan cualquier intento de mirar a Cristo, y al evangelio, las buenas noticias ilimitadas.

    Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Pytheos - Por qué dejé de ser Adventista del Séptimo Día

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