La pensada estrategia LGTBI: erradicar a Dios

La ideología de género tiene un estudiado plan con el objetivo de disolver los valores cristianos de la sociedad.

21 DE ENERO DE 2019 · 14:00

Lou Levit, Unsplash,ajedrez
Lou Levit, Unsplash

Un colectivo minoritario en torno a la ideología de género ha hecho creer que la mayoría de la sociedad está de acuerdo con ella y que tarde o temprano se instalará en cada esfera de la vida social. Es “irremediable” sostienen.

Con un tinte agresivo, poco democrático, casi despótico y errado científicamente han sido eficientes en relativizar la verdad y cuestionar lo incuestionable.

La posverdad tarde o temprano nos puede conducir a lo que algunos autores denominan la “posdemocracia”[1], es un estadio particular ulterior de debilidad democrática (de hecho, a nivel global la democracia se encuentra debilitada).

La posdemocracia va desplazando el poder real por fuera del sistema político tradicional ocasionando un debilitamiento estructural de los partidos políticos tradicionales y poniendo en las minorías un auge particular. Subyace un debilitamiento de la verdad, en todas sus formas.

Precisando sobre los aspectos operativos o prácticos de la estrategia de comunicación, cabe mencionar que el andamiaje de la posverdad utiliza como una de las principales técnicas lo que se conoce como la “Ventana de Overton”, una teoría política que describe con exactitud cómo se puede cambiar la percepción de la opinión pública para que las ideas que antes se consideraban descabelladas o inimaginables pueden ser aceptadas o consideradas normales a lo largo del tiempo.

Tras la ideología de género hay una muy planificada estrategia para erradicar a Dios

En un primer estadio va de lo impensable a lo radical, los medios instalan el tema y comienzan a naturalizarlo paulatinamente. En segundo lugar, se pasa de lo radical a lo aceptable, en esta segunda etapa ya se persigue abiertamente la aprobación del tema a instalar, a fin de que pueda ser aceptado. Se reemplazan a los científicos y expertos por gente con cierto nivel de popularidad que hable a favor de ella. Los demás son valorados como intransigentes o retrógrados.

En una tercera etapa se pasa de lo aceptable a lo sensato, para lograrlo se trata de que lo originariamente repudiable se transforme en un derecho de todo hombre libre, visibilizado de esta manera no aceptarlo sería violatorio de los derechos humanos y personales de los proponentes.

Con posterioridad hay que pasar de lo sensato a lo popular, se debe poner toda la “maquinaria del poder” al servicio del ideal supremo a conseguir. En este instante, los medios de comunicación, secundados por gente famosa y autoridades, hablan abiertamente del tema y lo proponen como necesario y vital, incluso en algunas ocasiones la industria del entretenimiento se suma a la conquista y hace lo propio.

Finalmente, en la última etapa se debe ir de lo popular lo político. El ideal ya está al alcance de la mano.

En esta última etapa, la ventana de posibilidades de Overton, totalmente cerrada al principio, aparece ya a escasos centímetros de abrirse de par en par.

La voz amplificada de los grupos (generalmente) minoritarios que proponen el tema que sea enciende la voz de alerta de los políticos que piensan que es popular y necesario el tema instalado, por ende, inclinan su voto o decisión a favor de ella para acompañar la corriente y no parecer retrógrados o no progresistas.

Lo que debemos entender es que detrás de la ideología de género hay una muy planificada y estudiada estrategia que está en sus comienzos y el objetivo final es erradicar a Dios de la sociedad y disolver los valores cristianos del mundo occidental en su integralidad.

Ante esto debemos nosotros también contar con una estrategia que comience a ser proactiva y no reactiva, contar con cristianos con sólidos valores y excelente preparación que comiencen a ocupar puestos de decisión y fundamentalmente bajar el mensaje a todo el pueblo de Dios a fin de que en el “boca a boca” se conozca que hay detrás de la ideología de género y cuáles son sus consecuencias.

Es una nueva forma de evangelizar y los campos a los cuales hay que ir son prácticamente desconocidos para la iglesia: la política, los medios de comunicación, las universidades, la justicia, los organismos internacionales y los millennials.

Se han dado varios pasos y cierto es que la caminata más larga empieza con el primer paso, no menos cierto es que nos falta mucho por pensar, por planificar y por recorrer.

 

[1] El término posdemocracia fue acuñado principalmente por el politólogo de la Universidad de Warwick Colin Crouch en el año 2000 en su libro Enfrentando la posdemocracia. Según su explicación, una sociedad posdemocrática es aquella que sigue teniendo y utilizando todas las instituciones de la democracia, pero se van convirtiendo en una cáscara formal. Las acciones innovadoras y la estrategia sufren un pasaje desde la arena democrática a los pequeños círculos de la élite económica. Siguiendo a Stettner Carrillo, se puede decir que el concepto de posdemocracia ayuda a describir aquellas situaciones en las que el aburrimiento y la desilusión logran establecerse a partir de un momento democrático y los intereses de una minoría cuentan mucho más que los del conjunto de las personas corrientes a la hora de hacer que el sistema político las tenga en cuenta (2011).

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Con sentido - La pensada estrategia LGTBI: erradicar a Dios